Generación del ´80 (1880-1916)
En esta unidad se tratara el
proceso de organización nacional, en el
que se establecieron los principios políticos y económicos que se pondrán en
práctica en nuestro país.
Durante el período 1880-1916 los hombres que
asumieron el control del Estado en la Argentina implementaron una política
liberal conservadora.
En cuanto a lo económico,
adhieren al modelo agroexportador aprovechando las ventajas
comparativas que ofrece el país. La Argentina provee a Inglaterra productos
primarios destinados a cubrir las necesidades de materia prima. Por su parte la
Argentina compra a los países centrales los productos manufacturados.
El conservadurismo político se
caracteriza por la concentración del poder político en pocas manos quienes
manejaban las elecciones por medio del fraude.
Al asumir el general Roca la
presidencia de la Nación en 1880, en el discurso inaugural al Congreso plantea
como lemas de gobierno: paz y administración.
La corriente filosófica en la
cual se basó la construcción del poder fue el positivismo, cuyo lema era: orden
y progreso, con ese fin apoyaron el laicismo, alentaron con la inmigración europea un trasplante cultural,
y trabajaron por la integración económica mundial.
La instauración del modelo
agroexportador hizo necesaria la ampliación de las redes ferroviarias para el traslado de las materias
primas hacia el puerto de Buenos Aires para de allí ser exportadas a Europa.
Los capitales que solventaron dichas redes fueron ingleses. Los particulares
argentinos destinaron las ganancias principalmente al consumo, construyendo
residencias espectaculares, palacios o petit-hoteles.
Para llevar adelante esta
política se fomentó la inmigración masiva y el progreso económico.
Al Interior fueron pocos. En el Litoral, muchos fueron al campo, y la mayoría
se instaló precariamente, como arrendatarios, la mayoría iba a las ciudades,
allí había trabajo, especialmente en Buenos Aires. Sus ocupaciones eran muy
diversas y su condición laboral heterogénea.
Los inmigrantes urbanos vivirían en conventillos próximos al puerto padeciendo difíciles condiciones cotidianas.
El ascenso se traducía en obtener la casa propia, y un negocio o taller también
propio. La clave estaba en la educación de sus hijos.
Los sectores de la oligarquía
siempre buscaron diferenciarse de la masa popular, se cerraban, recordaban
antecedentes patricios y se reunían en lugares exclusivos.
El panorama era preocupante para el gobierno:
una masa de extranjeros desarraigados, poco solidarios, interesados en hacer
dinero para volver a su tierra. Frente a esto el Estado aceleró los cambios
para asegurar el progreso buscado. Las leyes laicas
impusieron la presencia del Estado en los actos más importantes de las
personas. Por otro lado la ley de Servicio Militar Obligatorio permitía al
Estado colocar a todos los hombres mayores de edad (21 años) en situación de
ser disciplinados y argentinizados.
Las malas condiciones de vida y
de trabajo a las que estaban sujetos los inmigrantes y la fuerza de las nuevas ideologías entre estos sectores llevó a las
primeras huelgas y manifestaciones en contra del
orden establecido. La respuesta del Estado fueron leyes represivas.
Para las elecciones de 1886, Roca
impone la candidatura de Juárez Celman.
Juárez Celman, en nombre del
liberalismo, privatiza todos los servicios públicos. La falta de divisas
precipitó la crisis. La moneda nacional no valía nada y nadie controlaba a las
entidades bancarias. En junio de 1890 el gobierno se declaró en cesación de
pagos y anunció oficialmente que no podía pagar la deuda externa.
Esta situación generó las
condiciones de surgimiento de una oposición fuerte.
Dicha oposición se reunió en la
Unión Cívica (UC, abril de 1890), fue un grupo político heterogéneo que
expresaba a los diversos sectores disconformes con el régimen del presidente,
estaba liderada por Mitre y Alem. El 26 de julio de 1890 la UC con apoyo de un
sector del ejército decide enfrentar militarmente al gobierno. La revolución fracasó, pero el presidente
Juárez Celman renuncia. La revolución del ’90 no logró cambiar los fundamentos
del sistema de gobierno oligárquico, y, frente a las elecciones presidenciales
de 1892 la UC se divide: por un lado, la Unión Cívica Nacional (UCN) liderada
por Mitre, la cual proponía “el acuerdo” con el gobierno y sus miembros
lograron ocupar cargos en el Estado; por otro lado, se conformó la Unión Cívica
Radical (UCR) liderada por Alem que optó por “la intransigencia”, en 1904, año en que Hipólito Yrigoyen asumió como jefe de la
UCR impuso la abstención revolucionaria. Esta política generó preocupación en
la minoría gobernante que entendió que se hacía necesaria una reforma que
apuntara a incluir a los sectores políticos excluidos.
Dada la creciente movilización de
los trabajadores y el accionar de la UCR la élite en la figura del presidente
Figueroa Alcorta entendió la necesidad de una reforma política. También ejercía
presión el partido Socialista de la mano de Juan B. Justo.
En 1912 se sancionaron las leyes
de reforma electoral, una ordenaba la confección de un nuevo padrón, y la otra
instituía el voto universal, secreto y
obligatorio. Por medio de la nueva ley electoral en 1916 triunfa en las
elecciones presidenciales la UCR.
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